"Por Siempre A Ti Dios Del Amor"

San Miguel Arcángel

En la Capilla, se custodia una importante obra del Barroco sevillano. Tallada en madera policromada, aparece representado el Arcángel San Miguel venciendo al demonio con una sensibilidad en el rostro del protagonista que acerca la obra no sólo al círculo del escultor sevillano Pedro Roldán, sino que parece haber sido tallado por la importante escultora barroca Luisa Roldán en los últimos años del siglo XVII, autoría que a pesar de las evidencias que muestra la obra, aún está por descubrir. Claudio Maestre en un artículo realizado para el Boletín informativo número XVIII de 2008, lo afirma tras contemplar otro San Miguel de la artista que fue expuesto en el Real Alcázar durante la exposición “Roldana” de 2007.

Como indica Jesús Roldán en su libro Historia del Arte con nombre de mujer, Luisa Roldán (1652-1704), nace en Sevilla, siendo bautizada  en la Parroquia de Santa Marina. Hija de Pedro Roldán, uno de los mejores escultores de la Sevilla de la época, se formó en el taller de su padre, participando en obras en las que en muchas ocasiones ha sido difícil distinguir su participación. En sus primeros años realizó esculturas importantes como los ladrones de la Exaltación.

Luisa Roldán supo sintetizar en sus obras el patetismo barroco junto a una belleza muy delicada, dando armonía a sus esculturas, tal y como podemos observar en nuestro San Miguel, donde conjuga la serenidad del Arcángel que acaba de vencer al mal, con la expresividad del demonio vencido. Este mismo tema fue trabajado por la escultora en varias ocasiones, tal como se muestra, siendo ya escultora de cámara del rey Carlos II, en el San Miguel del Escorial, hoy conservado en la Galería de las Colecciones Reales de Madrid.

Semejante a otras obras de la artista, nuestro San Miguel mantiene los valores del naturalismo del pleno barroco, con un modelado prodigioso, y un rostro que presenta una dulzura y belleza ideal verdaderamente admirable. Pese a la lucha que presenta frente al mal, el Arcángel muestra un movimiento contenido del cuerpo, y un estudio minucioso en los detalles de los ropajes, vistiendo armadura militar en azul y capa roja con decoración vegetal en dorado. La figura del demonio aparece con gran expresión en el rostro y un realismo enfrentado a la idealización de San Miguel.

Andrés Bellido, párroco de la localidad, y Francisco García Escudero siendo coadjutor de la Parroquia, dejan constancia en un documento firmado el 30 de junio de 1915 de que, Micaela García, vecina de la villa, manda hacer en su testamento un altar en 1894 para un San Miguel que se encontraba en la Parroquia. Sin embargo, se indica como en dicho altar se coloca una imagen de San Miguel de talla y tamaño natural comprada a la Catedral de Sevilla por mediación de Don José Barrera por solicitud de Don José Dabarrieta, cura de la localidad el 20 de junio de 1909.

La escultura fue colocada en un altar portátil en el sagrario de la Parroquia, donde recibió culto hasta que se trasladó en procesión a la Capilla de San Sebastián tras haberle realizado una novena y misa solemne. Se incorporó en su nuevo altar, en el que desde entonces recibe culto. Se deja constancia en dicho escrito de que San Miguel tenía como camarera a Fausta Murube Baquero, vecina de la villa, y de la celebración de una fiesta cada 29 de septiembre, llevando a cabo una misa cantada con limosnas tanto de la hermandad como de particulares.

Como se indica en la página 52 y 53 del Boletín informativo XXXIV de 2023, durante el pasado 2022 se realizó una restauración de la obra por el conservador – restaurador, Darío Ojeda Cordero, el cual vuelve a incidir en la cercanía de la obra al círculo del escultor Pedro Roldán. Habla además de la posibilidad de que la obra se tratara de la escultura del altar de San Miguel que fue donada por Don Antonio Pichardo en 1699. La cual, se situaba en la actual Capilla de San José, antes llamada de San Miguel.

Ana Lobato Cerrada

Graduada en Historia del Arte

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